Crossed empezó siendo el proyecto paralelo de miembros y exmiembros de bandas de screamo y post-hardcore madrileñas como Descubriendo a Mr Mime, Boneflower y Eros + Masacre. En un momento dado se encerraron en el local sin más pretensiones que explorar sonidos mucho más extremos. Pero la evolución desde esos primeros ensayos en 2017 hasta el día de hoy es notable. “Las bandas que entonces teníamos en la cabeza a la hora de comenzar el proyecto eran Trash Talk, Ceremony y Code Orange Kids; bandas que dentro del hardcore hacían una música más rápida y más directa. Con el paso del tiempo empezamos a enfocarlo más a un mathcore-metalcore noventero, en la línea de Converge, Botch, Playing Enemy, Coalesce… Pero con toques de bandas de screamo como Loma Prieta y Orchid, y también cosas del black metal y el post-punk”, enumera su cantante y guitarra, Miguel Pardo, quien ha escuchado con orgullo que Crossed “somos demasiado metaleros para los hardcoretas y demasiado hardcore para los metaleros”. Las inquietudes musicales del cuarteto, ciertamente, abarcan muchos géneros, algo que sus canciones demuestran tanto como el name dropping que nos ha brindado Miguel.
“Con la entrada como guitarrista de Javi Cosmea hemos afilado un poco la dirección, también es otra vuelta de tuerca más en nuestra carrera"
De ahí que, ciertamente, cueste etiquetar sus trabajos y el más reciente “Realismo Ausente”, su tercer largo hasta la fecha, no es una excepción. Grabado por Borja Pérez (Boneflower, Monteperdido, Sandré) y mezclado y masterizado por Jack Shirley (Deafheaven, Loma Prieta), el nuevo disco captura a la perfección la energía y la contundencia de la banda en directo con temas certeros, lanzados a la yugular. “Creo que es un disco que subraya más nuestro gusto y nuestra forma de plantear la música que componemos. Si bien es cierto que con la entrada como guitarrista de Javi Cosmea [Oscuro Culto, ex-Thirteen Bled Promises] hemos afilado un poco la dirección, también es otra vuelta de tuerca más en nuestra carrera”, afirma el también letrista de la banda. “En este caso me apetecía tratar el ahora, el darnos cuenta de que estamos aquí y que esto tiene un final. La memoria y la ausencia de los que nos rodean, y de cuán frágil es el tiempo y cómo lo cambia todo”, aclara.
El color amarillo del vinilo guarda relación con un símbolo recurrente en la discografía de Crossed: el oro, utilizado como metáfora de gloria, decadencia y tiempo. “Ese simbolismo se mantiene en todos nuestros discos; es como una herramienta en la que me apoyo para crear puentes entre los discos y la estética de la banda”, añade un músico interesado en aportar “sensaciones reinterpretables” y que admira el trabajo como letristas de Justin Pearson de The Locust y Jayson Green de Orchid.
Si no surge ningún imprevisto de última hora, este año habrán presentado “Realismo Ausente” por media Europa --Francia, Bélgica, Holanda, Alemania, Suiza e Italia figuran en su hoja de ruta– y también en escenarios españoles. “Nos sentimos muy agradecidos por todo el apoyo que recibimos y creemos que este disco será otro empujón más para la banda. Estamos realmente satisfechos con él y tenemos muchas ganas de salir a la carretera a presentarlo”.
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