Canto compartido
ConciertosO Son Do Camiño

Canto compartido

8 / 10
Daniel Pose — 17-06-2025
Empresa — Bring The Noise
Fecha — 12 junio, 2025
Sala — Monte do Gozo
Fotografía — Mattias MonsterKid

O Son do Camiño volvió a alzarse sobre el Monte do Gozo como quien regresa a donde siempre resuena el eco de lo vivido. Lo hizo con una edición cargada de contrastes, de memorias que vuelven al ritmo de canciones que marcaron otras épocas, pero también presentando nuevas voces que reclaman su espacio. Una edición que supo redimirse de uno de los fallos más importantes del 2024: el sonido. Durante tres jornadas, más de 40.000 personas diarias desafiaron a las inclemencias del tiempo para celebrar la música en uno de los recintos naturales más emblemáticos de Galicia.

El pistoletazo de salida tuvo lugar en la jornada del jueves, con tres proyectos de distinto estilo que, en la práctica, casaron bien. Filloas con su hyperpop, ante de dar paso a Dollar Selmouni, desplegando sobre el escenario su estilo crudo, sincero y confesional. El tercero en la fórmula fue Paul Thin, dejando claro que su presencia en un cartel como este estaba más que justificada, tras derrochar actitud, ritmo y complicidad con sus más fieles seguidores. La tarde avanzaba y el recinto empezaba a lucir mejor aspecto. Nil Moliner se presentó sobre el escenario para hacer que la lluvia se convirtiese en una aliada del gozo colectivo. Con un directo vitalista y luminoso encendió a un público que no paró de entonar cada estribillo. Mikel Izal firmó un directo que pareció menor ante la presencia de los dos nombres más destacados del día: Franz Ferdinand (foto principal) y Bryan Adams.

Los escoceses ofrecieron un concierto sólido, quizás bastante previsible pero también muy efectivo, al hilar éxito tras éxito y provocar los primeros pogos del festival. Bryan Adams, por su parte, firmó una de las actuaciones más aplaudidas. No necesitó focos para que todo el recinto se entregase a su magnetismo y a una colección de himnos transgeneracionales que fueron cantados al unísono. Lo suyo fue pura emoción. Ya de madrugada llegó el argentino Duki, con el que era su tercer concierto en el evento santiagués. Un show que, sin ser el más redondo del currículo, cumplió para sus seguidores más fieles. Galician Army fueron los encargados de despedir la jornada con un set y una puesta en escena con la que dejan claro que están listos para empezar a jugar en las grandes ligas.

Cuando todavía resonaban los acordes del día anterior y con algo más de gente dejándose ver en las primeras horas, dio comienzo la jornada del viernes. La difícil papeleta de abrir el festival corrió a cargo de la checa Aiko, quien a la postre se convirtió en una de las sorpresas del festival por una actitud (la suya y la de su banda) arrolladora. Merino sumergieron a los presentes en un viaje emocional, suave y atmosférico, a través de su bosque. Pero esa calma duró poco, ya que con Siloé todo saltó por los aires. El suyo fue uno de los conciertos más intensos, con los asistentes saltando y gritando a pleno pulmón, y con sus miembros abandonando el escenario entre vítores y con lágrimas en los ojos. Amaia llegó para volver a ralentizar el tiempo. Con la vocalista el recinto adquirió un ambiente más introspectivo, todo gracias a un directo delicado, cuidado y donde cada nota parecía preparada para emocionar sin necesidad de grandes adornos. Muy distinto fue el enfoque de Carolina Durante, con quienes volvieron los pogos y la intensidad, aunque el asunto quedé algo deslucido por el estado de Diego Ibáñez, obligado a cantar con muletas.


O Son do Camiño

Kase O, quien se encuentra en plena gira de celebración, firmó un set donde repasó su carrera y donde hubo cabida a varias colaboraciones, en un trazado que por momentos fue pausado, pero que, en todo caso, cumplió con lo que se esperaba de él. Kasabian sustituyeron a última hora a Kings Of Leon, con una propuesta que no dejó indiferente a nadie. Enérgico, vibrante y dejando buen sabor de boca hasta a aquellos que no los conocían. La noche se cerró con Bad Gyal y Juan Magan. La primera ofreció una puesta en escena que es más espectáculo que otra cosa, con el baile y las bases pregrabadas teniendo más protagonismo que el aspecto vocal, mientras que el segundo desplegó un número que funcionó al apelar a la nostalgia colectiva que señala que su estilo electrolatino sigue funcionando a la perfección.

El sábado tenía aroma a día grande. Capital Voskov fueron los primeros en aparecer, con un recital fresco, prometedor y salvando un pequeño problema técnico. Taïn mantuvo el nivel aportando un toque más sentimental y algo rockero, y The Rapants volvieron a marcar un antes y un después al igual que pasó en su primera aparición en O Son do Camiño en 2023, atrayendo a miles de asistentes en una hora complicada. La tarde avanzó con Marlena y Lia Kali, dos actuaciones distintas en lo musical pero similares por su carga de sensibilidad. Tras ellas dio comienzo a un bloque absolutamente apoteósico. Primero fue Dani Fernández, con una actuación que no dio respiro, gracias a la cual confirmó el porqué de su ascenso en el panorama estatal. Tras él apareció Amaral, dejando claro que se encuentran en estado de gracia: precisión absoluta, carga afectiva desbordada, y una complicidad generacional difícil de fingir. Todo gracias a un repertorio –con temas clásicos y de reciente hornada– que fue catalizador de un momento colectivo en donde las lágrimas brotaron de más de uno.


The Prodigy

Y cuando parecía que la locura no podía ir a más, aparecieron Estopa para celebrar sus 25 años de carrera. Los hermanos Muñoz ofrecieron uno de esos conciertos que quedará en el imaginario del recinto. Temas clásicos, canciones de su último disco, improvisaciones en forma de comentarios cómicos, errores entrañables y mucha energía con la que los catalanes dejaron su huella. El final fue la explosión definitiva. The Prodigy soltaron su punk electrónico para que el foso se llenase de pogos extremos. Lo vivido en ese momento fue de lo más salvaje que se recuerda en mucho tiempo. Para cerrar Steve Aoki encendió la mecha final. Confeti, fuego, lanzamiento de tarta y una selección de temas que fue muy celebrada. No faltó, en ninguno de los tres días, la música sonando desde el tercero de los escenarios, con la electrónica erigiéndose como protagonista con nombres tan destacados como los de Vendex, Indira Paganotto, Andrés Campo acompañado de Kase O, Viviana Casanova o Denniz Cruz.

El telón volvió a bajar para que, tras bambalinas, se empezase a preparar la edición de 2026. O Son do Camiño fue un evento en donde la música fue lo más importante, pero también las experiencias vividas: aquellas que nacen tanto sobre el escenario como en el resto del recinto entre abrazos, bailes y confesiones al oído. Algunas compartidas, otras en solitario, pero todas lo suficientemente significativas como para que la gran mayoría de asistentes ya tengan marcada esta cita como una fija de su calendario.

Lo siento, debes estar para publicar un comentario.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

OSZAR »
OSZAR »